sábado, 4 de junio de 2011

La vida es elegir: el consenso de mínimo y la democracia real

Tras unas semanas azarosas discutiendo y requetediscutiendo los cambios que hay que hacer en este mundo para hacer ese otro mundo posible del que tanto nos gusta hablar he llegado a una conclusión para los mínimos que permitan los máximos, la famosa discusión del consenso de mínimos.

En este blog ya se ha hablado muchas veces sobre como las empresas son los que controlan el cotarro y que los políticos no son más que los fusibles. Cuando la gente está sobrecalentada, indignada o como queramos decirlo salta los fusibles, se cambian y todo sigue igual, siguen las empresas controlando todo. Desde la altura han ido minando las instituciones del estado desde los 70 con Thatcher y Reagan, el famoso dejar hacer dejar pasar, haciendo cada vez más pequeño el estado. Todo iba bien así que la gente se dejó seducir. Se fue desmantelando las instituciones y fue afectando a la democracia poco a poco. Ahora tienen el poder los accionistas de las empresas que son los que toman las decisiones que cambian el mundo, pero claro, los accionistas mayoritarios, es decir, los ricos de verdad, una minoría que gobierna para ellos, estamos en una oligarquía. El que no quiera verlo que no lo vea pero es ya un hecho.

Llegamos a estos días y de repente nos damos cuenta que ya no tenemos democracia, que tenemos que vamos a votar cada 4 años y esa es nuestra participación. Que la base de la democracia, la separación de poderes ya no se cumple, al menos en España. Que la gente sale a manifestarse en contra de una decisión del ejecutivo y se ignora al pueblo, no se pide un referendum porque solo está en manos del rey y este esta desaparecido en sus regatas.

En el movimiento 15-m durante las asambleas cuando se hablaba del consenso de mínimos se dejaba fuera la cuestión de la economía y yo pensaba, como la gente que defendía no dejarlo, que era un error porque eran los causante reales de la situación. Pero llegó un momento en que era necesario establecer unos mínimos, concentrarse en unas peticiones para no agobiar a la gente y que además éstas fueran efectivas, para no diluir el mensaje del movimiento y que fuera inclusivo, que bajo el epígrafe de ¡Democracia Real Ya! cupiera todo el mundo.

Le estuve dando muchas vueltas y creo que volver a los inicios es la manera. Hay que volver a la democracia, a una democracia real, con el poder en el pueblo, profundizar en ella para dejar atrás a la representativa y aprovecharse de la tecnología de las telecomunicaciones para que sea cada vez más una democracia real, donde el pueblo tome las decisiones. Recuperar la separación de poderes y que los votos valgan los mismo. Que las decisiones que afecten a la población se decidan en referendum, esto es importantísimo, que pregunten por Islandia donde ya dijeron dos veces que no pagaban la deuda de sus bancos.

Blindandonos así podremos ir cambiando el mundo, con esas decisiones "sencillas" y con las que todos los ciudadanos podemos identificarnos, y preguntar cara a cara a los políticos por qué no las quieren, se podrá cambiar a los políticos y a continuación el sistema económico que nos tiene rendidos a sus pies, podremos afrontar esa revolución 3D de la que hablaba aquí y dejar de un lado nuestro estado y pensar global.

Parece ser que no soy el único que lo pensó así. El movimiento ¡Democracia Real Ya! ha convocado una convocatoria para toda España el 19 de Junio pero sobretodo, ha convocado una toma de calles global el 15 de octubre. Allí estaremos con el cambio, con la gente, con nuestra revolución, la revolución de la gente. Si no lo hacemos nosotros nadie lo hará.