miércoles, 9 de noviembre de 2011

Entrevista a Jonathan Rausseo



Inauguramos la nueva sección de entrevistas con una muy especial, el manager de sostenibilidad de la Universidad de Ottawa, Jonathan Rausseo. Un tipo importante al que tuve la oportunidad de engañar para hacer esto. En realidad es un tipo muy cercano así que fue fácil. Esta es la web del Departamento de Sostenibilidad, con todo lo que hace, y este el blog donde escriben, The sustainability tree, ambos excelentes y accesible a los que sepáis inglés y también hay algún artículo en francés, que allí son bilingües. Me cuenta lo que hacen en la Universidad de Ottawa desde que empezó. Vais a flipar y eso que no está todo lo que me explicó. Pero claro, fueron 90 minutos y me gustaría que alguno llegara al final de la entrevista. Ya me diréis que os parece:

Ambientalytal: Primero, ¿puedes hablarme sobre ti? ¿Cómo te convertiste en coordinador de sostenibilidad?

JON: Seguro. Yo era un estudiante aquí, era el presidente del Club de medio ambiente y me quejaba mucho a la universidad. En mi último año fui a una conferencia y me enteré de que otras universidades habían contratado a alguien para ocuparse de la sostenibilidad, ¡estaba alucinado! Escribí un informe, visité a un montón de gente de la comunidad universitaria preguntando si les parecería bien contratar a alguien que hiciera esa labor. Acabé el informe y se lo presenté al vicerrector de la universidad. Me miró y me dijo: “¿qué estás haciendo ahora mismo?”, “nada” respondí yo, “es mi último año, no sé qué voy a hacer” a lo que me respondió: “¿Por qué no te presentas como candidato al puesto?” Crearon el puesto, me presenté y conseguí el trabajo.

A: Así que tu mismo creaste el puesto y luego conseguiste el trabajo.

J: Si, fue muy divertido. Creo que era porque el vicerrector quería librarse de mi (risas). Realmente me quejaba un montón. “Te quejas mucho, ¿por qué no te encargas tú ahora de los problemas?”.

A: ¿Cuánta gente compone el departamento?

J: Ahora mismo tenemos unas siete personas. No operamos de la manera tradicional que lo hace un departamento. Un jefe y todos trabajando para él. Hemos creado puestos como el mío en otros departamentos, así en vez de yo ir a los departamentos y decir tienes que hacer esto o deberías hacer aquello, tenemos a alguien dentro del departamento que trabaja con ellos, se encarga de los mismos problemas pero se asegura de que la universidad sea sostenible. Así en el departamento de mantenimiento tenemos a un coordinador de reciclaje y se encarga de que se recicle de todas las maneras posibles. Tenemos a un departamento de aparcamiento y dentro a un coordinador de transporte sostenible que se encarga de que tengamos cada vez menos coches en el campus.

A: Entonces, es un trabajo transversal…

J: ¡Sí! ¡Exacto!

A: Tendréis un presupuesto para estos proyectos.

J: Realmente no. No tenemos presupuesto para ningún proyecto.

A: Entonces… ¿cómo hacéis todo esto sin dinero?

J: Bueno, esto es realmente un buen tema. Cuando me entrevisté por primera vez con mi jefe le pregunté: “¿cuál es mi presupuesto? Unos 10.000 $ para imprimir material, lanzar una web…” Él me miró y me dijo:” No… no te voy a dar ningún dinero”. Yo estaba asombrado. “¿Nada?” Le dije. “Dos cosas” -me respondió él- “Primero, la gente se vuelve realmente creativa cuando no tiene nada de presupuesto, y otra cosa, si te doy dinero, simplemente te lo vas a gastar”. Al principio no entendí muy bien a que se refería. Pero tenía razón. Si te doy dinero vas a emplear tu tiempo pensando en que vas a gastar ese dinero. Pero si no te doy dinero y se te ocurre algo, ¡no hay manera de que yo pueda detenerte! ¡Porque lo haces gratis! (risas) Así que no tenemos ningún presupuesto. Trabajamos con grupos y asociaciones para ayudarles a ahorrar dinero y entonces les dejamos desarrollar el proyecto, o algo que sea beneficioso para ambas partes.

A: Vaya, sí que tiene mérito hacer las cosas así. ¿Cuál fue el problema más grande que encontraste cuando llegaste a tu puesto?

J: El mayor problema que me encontré fue que la gente no creía que se pudieran hacer cosas. Teníamos gente que decía a todo que era imposible. Tenemos un programa de reciclaje de muebles. Es muy sencillo. Nosotros recogemos los muebles viejos cuando van a comprar nuevos y cuando la gente va a comprar muebles nuevos nosotros les decimos: “Ey, echa un vistazo, quizá te interese algo de lo que tenemos”. Cuando empezamos nadie pensaba que encontraríamos el espacio, nadie pensaba que seriamos capaces de manejar el sistema, nadie pensaba que alguien querría los muebles, todo el mundo estaba en contra, nadie podía imaginar que sucedería. Tuvimos que presionar un poco y decir: “Inténtalo, simplemente, dale una oportunidad”. En nuestro primer año del programa de reciclaje de muebles ahorramos 1.200.000 dólares en mobiliario a la universidad. Fue una locura, fue tan increíble que el vicepresidente casi se cae de la silla: “¡Wow! ¡¿Cómo conseguisteis ahorrar tanto dinero?!”. La idea es, puedes pensar que no lo vas a conseguir, que hay que darle una oportunidad, muchas ideas fallas, pero cuando funcionan… Al principio nadie creía que la gente se involucraría, nadie creía en el programa de reciclaje de muebles, nadie creía que la gente traería su propia taza, nadie creía que la gente regalaría sus cosas para la Free store, pero no es verdad.

A: ¿Cuál es tu proyecto favorito? Es difícil elegir, lo sé, son todos como hijos para ti.(risas)

J: Uno de los proyectos de los que estoy más orgullosos, hay muchos, pero tomaré este como ejemplo. Es algo que hemos llamado The living laboratory. Lo que hicimos fue empezar a trabajar con los profesores. Les dijimos vosotros sois los profesores reales y nosotros tenemos problemas reales y los alumnos son gente que pueden intentar soluciones reales. Así que trabajamos con diferentes clases de diferentes cursos para que llegaran a soluciones de problemas en el campus. Hace un año y medio estaba trabajando con una clase de gestión de recursos naturales y les dijimos: “nos vamos a dividir en grupos y vamos a dividir el campus y vosotros vais a elegir una parte y allí vais a tratar de maximizar el aprovechamiento de los recursos naturales: plantar árboles, quizá es un buen sitio para paneles solares o turbinas… lo que sea”. Ellos investigaban el sitio, entrevistaban a gente, ¡se sentían importantes! Luego escribían un informe con recomendaciones sobre lo que cambiarían. Había informes realmente buenos. Finalmente cada uno de ellos debía escribir una carta al rector de la universidad diciendo, mi nombre es tal, soy un estudiante del campus, he acabado de escribir este informe, que adjunto, sobre como maximizar los recursos naturales de esta parte del campus, deberían cambiar esto y aquello, gracias por escuchar. Una semana antes, el profesor del curso había mandado una carta al rector diciendo: ”los alumnos como parte del curso tienen que mandar una carta para aprender a relacionarse con el gobierno, la administración, y ver los cambios que quieren realizados. Espera un par de cartas”. No recibió ese email. (risas) Creo que fue a spam. Pero, un par de semanas después recibí un email lleno de pánico del rector diciendo: “Oh dios mío! ¡Acabo de recibir como 70 cartas de estudiantes quejándose de todo! De la cantidad de árboles, de los animales,… ¡Haz algo ahora mismo! ¡Cueste lo cueste!” Yo leí el email y pensé… no tiene ni idea de lo que está pasando… (risas) Me encantó porque después cuando me reunía con él siempre decía: “¡tenemos que hacer algo! ¡Los estudiantes se están revolucionando! ¡Están flipando!” ¡Y solo fueron unos 70 emails! Generalmente no recibes emails, así que era una gran queja. Se estaban quejando de que el campus no era suficientemente verde. Así que empezó a dar discursos sobre el tema, mencionando todas las actividades sostenibles que se hacían… Este ha sido mi proyecto favorito. Todos los años me digo que deberían hacerlo de nuevo y no decirle nada, pero me parece un poco cruel (risas)

A: ¿Qué planes tenéis para el futuro?

J: Nuestra prioridad hasta ahora ha sido hacer pequeños proyectos. A mí me encanta. Hacemos pequeñas cosas aquí, allí, la gente se asombra de como pequeñas cosas pueden suponer grandes cambios. Pero reconozco que el departamento se está haciendo más grande, estamos recibiendo más atención, incluso la universidad está creando un plan estratégico a 10 años y están incluyendo la sostenibilidad. Así que supongo que estamos haciéndonos bastante grandes. Me parece que en el futuro estaremos trabajando en proyectos más grandes. Además vamos a ayudar a integrar más a la universidad en la comunidad.

A: ¿Qué proyectos estáis haciendo este año?

J: Esta mañana la Free store (risas). Este año, supongo que lo que mencionábamos de ir a las clases. El tema es que hagan proyectos que ayuden a la gente a pesar de que lo hacen estudiantes de primer año que no tienen mucha experiencia. Un ejemplo. Un profesor de Biología tiene un laboratorio en el que los alumnos trabajan con un producto, un posible carcinógeno, lo mezclan con una muestra de tejido y miran en el microscopio cuales son los marcadores del cáncer. Así los estudiantes aprenden que cuando ven eso, es un marcador y puede causar cáncer. Siempre es el mismo tejido y producto pero, ¿por qué no poner desodorantes, o detergente, o ver si estas dos cosas juntas causan cáncer? Sería un bien para la sociedad. Hay muchas cosas que no sabemos si causan cáncer. Son estudiantes de primer año, seguro que no hacen el mejor trabajo pero ese experimento repetido miles de veces por todos los estudiantes de primero del país, o de la provincia, o de la ciudad o lo que sea… Si los resultados son en el 82% de las muestras han causado cáncer, entonces tendrías pruebas para investigar esto más a fondo. De esta manera los estudiantes estarían aprendiendo lo de los marcadores igualmente y además estarían resolviendo algunos de los problemas de la sociedad.

A: Muchas gracias por tu tiempo Jon. Ha sido muy interesante hablar contigo. Espero que podamos volver a hablar en el futuro.